Visitar los Pirineos en cualquier época del año siempre deja buen sabor de boca. En primavera-verano podemos disfrutar en el aspecto botánico: cantidad y variedad de especies de plantas en flor que satisfarán a cualquier aficionado o experto en la materia.
Si vamos en otoño-invierno entonces las setas se convierten en las protagonistas inevitables de nuestros disparos fotográficos. Y si el año viene muy mal en cuanto a lluvias, y no hay suficientes flores ni setas, los paisajes pirenaicos están presentes allí para brindarnos consuelo. En los Pirineos siempre hay algo que ver, algo que fotografiar. Nunca en estos 8 años que llevamos yendo nos hemos vuelto con las cámaras vacías.
Este verano hemos ido a buscar las flores que otros años no hemos podido ver por no haber llegado a tiempo en la estación correspondiente (muy temprano o muy tarde), y una vez más, ha valido la pena.
El recorrido fotográfico que veréis a continuación incluye tanto al Pirineo aragonés (PA en la lista de especies ordenada por familias botánicas) como al Pirineo francés (PF) en un viaje que va del 25 de junio al 9 de julio. Obviamente, y debido a la fecha del viaje, no se han incluido fotos de especies tan representativas como el Lilium pyrenaicum o el Cypripedium calceous por estar fuera de temporada, y la lista se limita sólo a las especies que debido a nuestro poco conocimiento hemos podido identificar, además de las que nos han ido enseñando nuestros amigos aragoneses. A ellos (Francisco Serrano, Joaquín Fernández y Jorge Hernanz) damos las gracias por llevarnos a sitios que parecen estar más cerca del cielo que de la tierra.